En los últimos siglos, los sistemas de educación han valorado en demasía el intelecto, el raciocinio, cosa que en sí, no esta nada mal, pero se ha desvalorado del mismo modo la capacidad de sentir.
No hablo de sentir como podríamos hacerlo por medio del tacto, sino mas bien como un sentido de espectro mucho más amplio, una especie de brújula interna que nos guía en medio del desconcierto.
Un ejemplo que uso a menudo es este:
Imagina que has de obtener una respuesta rápidamente, pues es cuestión de vida o muerte el dar con ella. Podrías entrar en una biblioteca, donde existen miles de libros que probablemente la contengan, pero en esa búsqueda obtendrías quizás cientos de respuestas que a su vez te harían buscar en otros tantos libros (en este caso te podrías dar por muerto), o podrías sentir simplemente cual es esta respuesta.
La diferencia principal entre estos dos casos es que cuando sientes la respuesta correcta, esta es solo una y mas que posiblemente sea la correcta.
Para los mas escépticos esto puede ser una práctica un tanto difícil de asimilar, pero seguro que hasta el mayor de ellos a vivido situaciones en las que de alguna manera la razón dejaría paso a lo que llamarían “fruto de la casualidad”.
Al caso, la búsqueda de la debilidad sería encontrar la causa que subyace al desequilibrio/enfermedad por medio del sentir.
...Pongamos un caso práctico con el cual explicar a grosso modo el procedimiento:
Mujer con dolor en el hombro:
1. Mentalmente; pensamos en su hombro, dejamos de pensar y sentimos. Al sentir solo podemos obtener dos respuestas, fuerte o débil.
Si la respuesta es fuerte, es que el problema no radica en el hombro y este es un reflejo de cualquier otra parte.
2. Mentalmente; pensamos, ¿es un reflejo físico?, ¿mental?. Y así hasta que obtenemos una respuesta débil. Siguiendo esta debilidad es que llegamos a la causa que subyace al dolor.
En este caso concreto el dolor del hombro es un reflejo físico cuyo punto débil se encuentra en el útero.
3. Al seguir indagando, haciendo la pregunta correcta, obtenemos sintiendo, la respuesta correcta.
Esta mujer había tenido un enfrentamiento con su hijo, con el que contrajo una fuerte emoción de tristeza que se alojaba en esta cavidad, el útero.
Esta resultó ser la causa de su dolor en el hombro y pudo solucionarlo en dos minutos sin medicamentos ni rehabilitación.
...Ahora la pregunta sería, ¿cómo se lleva a cabo este proceder?
La Utopía de la telepatía.
“Una manera de acceder a la persona para conectar con la respuesta que se encuentra en su interior, con la causa que origina debilidad.”
Todo este conocimiento está ligado a la sabiduría innata del ser humano, a lo mas profundo del inconsciente colectivo, remontándose al principio de los tiempos donde el hombre no era, ni más ni menos, que el nexo de unión entre el cielo y la tierra.
Esta consciencia ancestral, castrada en la civilización actual por los modelos culturales predominantes, está cargada de una gran simpleza, valorando la visión de que todo es una sola cosa, que todo está unido, que todo está en movimiento, en continuo cambio. Un continuo en progresión y retroceso, en generación y degeneración, todo interconectado, todo interdependiente, sin que halla nada visible o invisible que con su comportamiento no afecte, altere o modifique al resto de la existencia.
La telepatía es para tal fin una herramienta capaz de mediar entre los seres, y que en su máxima plenitud tendrá cualidades que aún no alcanzo a vislumbrar, siendo la de conectar con el interior de las personas una de ellas.
Telepáticamente, podemos acceder a la respuesta que se encuentra en el interior de cada uno, pudiendo interpretar los cambios de energía en los demás como parte de nosotros mismos.